Deepak Chopra (Nueva Delhi, 1946) sabe de muchas cosas, pero sobre todo sabe de meditación. Y de mindfulness, de yoga, de técnicas de respiración… en definitiva, todo aquello que nos conecta con nosotros mismos, y nos hace sentir mejor. Al médico, que ha publicado casi un centenar de libros que versan sobre estos temas, muchos le cuelgan el título de eminencia sobre los hombros. Desde que en el año 93 apareció en el programa de Oprah Winfrey, su nombre está consolidado como uno de los mayores expertos en la materia.
Chopra basa la mayoría de sus teorías en «el poder de la mente». Y aunque esto hace que acumule detractores, también cuenta con el apoyo de muchos. Durante estos últimos años ha centrado sus esfuerzos en el campo de la meditación. Incluso, durante los cada vez más lejanos días de cuarentena, se viralizó un reto de 21 días de meditación propuesto por el médico. Ahora, se ha aliado con Fitbit para crear un programa de mindfulness en el que poner a disposición de quien quiera pequeñas “píldoras” de meditación para poder practicar en cualquier lugar y encontrar un rato de paz incluso en las situaciones más improbables. Hablamos con Deepak Chopra en ABC Bienestar sobre la importancia de la meditación, cómo podemos adquirir el hábito y qué podemos hacer para encontrar un pequeño «remanso de paz» a diario.
¿Cree que la meditación ha cobrado más importancia que nunca?
Sí, es más importante que nunca, no solo porque estamos experimentando mucho estrés, sino porque este se ha convertido en una experiencia colectiva. Ahora mismo el mundo está repleto de información, de luchas, de violencia en la sociedad; está el cambio climático, las guerras… Todo esto son comportamientos y dinámicas colectivas que derivan en estrés; por ello la meditación es más importante ahora mismo que cualquier otra cosa.
Si queremos empezar a meditar, ¿qué es lo primero que debemos tener en cuenta?
Lo principal es entender que podemos meditar en cualquier momento. Solo hay que pararse y reconocer el estrés que estamos sintiendo. Haciendo esto, aunque sean unos minutos, nos centramos en este periodo de tiempo en nosotros mismos, y los efectos suelen ser inmediatos.
¿Debemos crear un lugar especial para meditar?
Siempre es preferible, pero en la sociedad actual debemos aprender a meditar en cualquier lugar. Si puedes imaginar un sitio, entonces puedes meditar ahí. Puedes hacerlo en el autobús, en el tren volviendo a casa, en un aeropuerto, en un banco en la calle… en cualquier lugar; el sitio no es un impedimento. Por ello se puede ir uno acostumbrando a meditar en ciertos momentos, aunque es cierto que el fin último es poder tener un lugar y momento especial que dedicar a la meditación.
¿Y qué ocurre si sentimos que esto de meditar no es para nosotros?
Entonces baila, o lee poesía o escucha música o ve una comedia que te haga feliz. Tal vez después veas que eso es otra manera de meditar. Por ejemplo pasear por la naturaleza, conectar con el medio natural, son elementos que te llevan a la fuente de la experiencia. Si llegar a ese punto, puede que descubras que la mediación sí es para ti.
¿Qué le dirías a aquellos que creen que meditar es lo mismo que dejar de pensar?
La meditación no hace que dejes de pensar, sino que te guía para encontrar el lugar donde empiezan los pensamientos. La meditación va más allá en la mente, a la fuente de nuestros pensamientos, y abre una cantidad infinita de posibilidades. Esta fomenta la creatividad; nutre nuestro interior, nuestra intuición. Meditar no es luchar contra un pensamiento, o eliminarlo, sino aprender a comprenderlo.
Entonces, si meditar nos ayuda a entrar en contacto con lo que pensamos, ¿también es bueno tener esa “toma de contacto” con el estrés?
Al principio, cuando las personas se siente agobiada, es porque entra en contacto con su mente subconsciente y tiene miedo de negar lo que sienten. Por ello, al conectar con ello, uno se puede sentir muy estresado. Pero, una vez nos mantenemos en esa sensación, y escuchamos lo que tiene que decir el estrés que siente el cuerpo, pasamos a aceptarlo, y empieza la reducción de la sensación.
Uno de los mayores estresores de nuestra vida es la tecnología. ¿Cómo podemos utilizarla para sacarle partido?
Eso es, por ejemplo, justo lo que busca un nuevo programa de minfdfulness que he creado en colaboración con Fitbit. La idea es utilizar la tecnología para sentirnos más calmados. La tecnología puede ser disruptiva; puede generar distracciones y estrés, pero si la utilizamos de manera selectiva, y con un horario, para evitar estas distracciones de las que hablo, entonces hasta un ratito pequeño utilizándola puede incrementar nuestro bienestar, siempre que se utilice con cabeza, evitando el multitasking.
¿Y en qué consiste exactamente este programa?
Se llama el «Mindful Methode de Deepak Chopra» y abarca desde el mindfulness centrado en las emociones hasta el más corporal, o el que tiene que ver con nuestras relaciones. También hay prácticas de yoga, y tiene capacidad de medir es estrés que tiene nuestro cuerpo en un momento concreto, para poder “tomar medidas” de manera inmediata y ver resultados.
¿Cómo podemos incluir el mindfulness en nuestra rutina diaria?
Lo más importante es crear un horario. Al igual que “programas” tus comidas, cuando duermes o tu tiempo libre, puedes dedicar un tiempo diario a la meditación, aunque sea unos minutos, y vas a empezar a ver cambios inmediatos.
¿Por qué es tan importante el control de la respiración en nuestro día a día?
Meditamos para mejorar nuestro bienestar físico y emocional; por nuestro bienestar espiritual, para tener relaciones personales más sanas y reducir la inflamación del cuerpo. El estrés y la depresión están relacionados con las enfermedades crónicas. Una vez empezamos a meditar, nuestro estilo de vida cambia automáticamente: duermes mejor, te sientes mejor, eres más consciente de las decisiones que tomas.
Hay muchas técnicas de respiración que podemos utilizar. Las hay para aumentar nuestra energía, para relajarnos, para ir a dormir. Puedes buscarlas para ayudar a las personas a, respirando de manera consciente, mejorar su vida.
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